A testimony and reflection on the situation in Chile, where the Covid-19 pandemic has increased the consequences of the serious social and political crisis that marks the country, and in which the response to the pandemic and the crisis continues to emerge from social movements and mobilization of citizens and society.
 

La crisis sanitaria producida por la epidemia del Covid-19 en Chile se monta sobre una crisis sociopolítica mayor que venía expresándose con fuerza desde el llamado “estallido social” del 18 de Octubre del 2019. La crisis visibilizaba lo que diversas organizaciones sociales venían denunciando hace 30 años: el modelo de sociedad neoliberal impuesto por la dictadura de Pinochet se sostenía sobre injusticias sociales, de género, culturales y ecológicas. Entre estas injusticias se encuentra un sistema de atención a la salud dividido por el dinero: 1) un sistema público empobrecido que debe atender a la mayoría de la población, de mayor edad y con mayor carga de enfermedad, y 2) un sistema de salud privado enriquecido que atiende a una minoría de altos recursos, más joven y con menor carga de enfermedad. El gobierno neoliberal de Piñera se ha mostrado incompetente en lo técnico, político y ético, logrando frenar sólo a través de la brutal represión policial, las aspiraciones de justicia de una mayoría del pueblo.

En consecuencia, las primeras reacciones ante la llegada del Covid-19 a Chile fueron las impulsadas por la sociedad civil, por el mismo movimiento social (que precozmente detuvo su protesta callejera para evitar la diseminación del virus) y por las organizaciones científicas y médicas (con un rol relevante del Colegio Médico de Chile) que lograron presionar al gobierno para establecer acciones sanitarias más agiles y eficaces. Así, tardíamente, se han decretado cordones sanitarios y cuarentenas obligatorias en distintas regiones del país. El aislamiento domiciliario, sin embargo, es un privilegio cuando se considera que el trabajo informal y autogestionado llega casi al 40%. El Estado de Emergencia, otra vez, parece más preocupado por los intereses del gran empresariado (legislando casi sin oposición reducciones salariales, flexibilización laboral, y apoyos económicos para el gran capital), por la mantención del sistema de salud dividido (pintando fórmulas superficiales de integración), y por el control social de la población a través de los medios de comunicación masiva. Ahí el gobierno ha mostrado como exitosa “su estrategia” comparándose (erróneamente) con la epidemiología de otros países. En realidad, los datos sobre contagios, hospitalizaciones críticas y muertes por Covid-19 en Chile son preocupantes. La información oficial muestra 6927 casos confirmados, 383 pacientes en camas de cuidados críticos y 73 muertes (10/04/2020)[1]. Las sociedades científicas y médicas han denunciado la poca confiabilidad y transparencia de estos datos: la detección se basa en un examen que debe ser pagado por los pacientes según su sistema; la ocupación de camas críticas se encontrarían al borde de su capacidad (e incluso ya estarían copadas en algunos hospitales públicos); y las muertes (mal caracterizadas en la información oficial) se comienzan a concentrar en las zonas más vulnerables del país (como  en la región de la Araucanía, corazón del wallmapu y del extractivismo neoliberal).

Con este panorama de futuro incierto, la esperanza vuelve a la presión continua de la sociedad civil organizada frente al gobierno, al autocuidado creativo de los diversos colectivos territoriales basándose en la solidaridad y reciprocidad, y a la histórica red nacional de un sistema de salud público y sus funcionarios que, a pesar de los recortes neoliberales, continúan teniendo un rol clave para atravesar esta nueva crisis sanitaria entre múltiples crisis.     

[1] https://www.gob.cl/coronavirus/cifrasoficiales/

Sebastián Medina Gay | MD, MSc, PhD© Pos-colonialismos y Ciudadanía Global (CES/FEUC), Universidad de Coímbra. Académico Escuela de Salud Pública “Dr. Salvador Allende Gossens”, Universidad de Chile

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fotografia: Marcelo Hernandez/Getty Images