518 - Javier Gárcia y Daniel Montañez
DIGNIDAD
Construir una Utopía II– Por una epistemología del Sur Global desde Nuestra Andalucía
Grupo de Estudios del Sindicato Andaluz de Trabajadores/as 1
Javier García Fernández
Daniel Montañez Pico
Pensar desde el sur
Cada pensamiento nace de una acción, que a su vez nació en el momento de creación existencial en el que el pensar y el actuar se unieron en un hacer-pensando o pensar-haciendo. En política, las verdades son acontecimientos que se desencadenan en y con la acción. Cada tierra, sus montañas, sus ríos, sus mares, su tierra en definitiva, bajo un cielo particular, da lugar a un modo de sentir las cosas. Es aquí donde nos preocupa y donde desconfiamos de esa reflexión por la que el hombre blanco europeo cree que todos los pueblos e individuos deben reaccionar del mismo modo ante la Historia, respondiendo mediante una evolución lineal de la cual quien se aparta resulta categorizado como primitivo, salvaje vago o atrasado. Cada montaña desprende un aroma, así como cada territorio una forma de entender lo político.
Pensar desde Sur es pensar desde abajo, es un pensar junto a la tierra, es un pensar que por tanto está lleno de particularidades, como es particular cada tierra. Pensar desde el Sur es también un pensar digno que nace de la comunión entre pensamiento, acción política y lucha por la dignidad. En el todo el Sur, podríamos decir en un sur global, se están llevando a cabo hoy luchas políticas que están dando lugar a nuevas formas políticas, esto es nuevas formas de estar en el mundo que superen ya, esas viejas cosmovisiones cerradas que iban y que van asociadas a las viejas potencias coloniales y su imposición de una formad e vida y pensamiento. Se están fraguando pues, en esto que llamamos el Sur-Global desde Latinoamérica, pero también en África y en Asia, una multitud de nuevas formas de pensar y de crear nuevas realidades posibles. En el presente artículo trataremos de recoger una serie de aportaciones en torno a lo que se ha llamado proyecto por una epistemología descolonial, esto es, del esfuerzo de una serie de intelectuales y académicos latinoamericanos por producir una nueva metodología y teoría social que vaya mas allá de los paradigmas eurocéntricos de las Ciencias Sociales.
La manifestación de un saber poscolonial se produce en el contexto de las condiciones desplegadas por factores como la crisis de la modernidad capitalista eurocéntrica, la globalización neo-colonial y neo-imperialista y en definitiva todo lo que comporta la crisis civilizatoria que padecemos. Todo ello lleva irreductiblemente a un choque entre las historias locales y los paradigmas globales impuestos de manera neo-imperialista en torno a conceptos como nación, cultura, democracia, justicia o derechos humanos.
Si hubiésemos de trazar un eje común de todas estas teorías poscoloniales encontraríamos cuestiones como: el rechazo del legado del cognoscitivo colonial, el cuestionamiento de la pretensión de objetividad y universalidad de las formas de conocimiento institucionalizadas como “ciencias” desde occidente, deseo de ruptura y descentralización del locus de enunciación del conocimiento, desde Occidente hacia el mundo colonial y la búsqueda de la formulación de un análisis desde la especificidad que comporta una epistemología del Sur Global, o por decirlo de otra manera, una ecología de saberes desde el sur.
“La batalla de ideas es el escenario internacional de la lucha de los pueblos por su emancipación”
Ejercito de Liberación Nacional de Colombia
“Este es el problema: Andalucía necesita una dirección espiritual, una orientación política, un remedio económico, un plan de cultura y una fuerza que apostole y salve”. (Primeras palabras de El Ideal Andaluz.)
Por una epistemología descolonial de Nuestra Andalucía
“Nuestra voz quiere llenar de imperativos de vida clamorosa y palpitante el silencio de muerte de vuestras conciencias calladas; quiere fundir los espíritus de todos vosotros en un poderoso vibrar inspirado por nuestra permanente afirmación. [...]
Nosotros, conscientes de nuestra misión vital, invitamos fervorosamente a todos los andaluces a que, recordando como un acicate su gloriosa historia, no de guerras, sino de maravillosas civilizaciones pasadas, colaboren en la batalla nuestra; a que sientan un anhelo intenso y poderoso de la vida propia y distinta, considerándose cada individuo factor activo de la Historia nueva; a que fundan, sin temor al sacrificio, ese anhelo de eternidad que constituye el fondo último de todos los seres, con el objeto de una posteridad triunfante, la cual únicamente podrá perpetuar la vida nuestra, depurada por el dolor, dignificada por la libertad y santificada por la justicia.”
Manifiesto Andalucista de Córdoba 1919, firmante Blas Ifante
Pensar desde, y en el Sur, resulta ser hoy una perspectiva compartida por numerosos movimientos en el mundo. Pensar el Sur es pensar desde abajo, junto a las luchas emancipatorias que se fraguan en todos los continentes frente a esa transformación actual del capital en cruel neoliberalismo. El Sur no es tan solo una posición geográfica dentro de un mapa, sino una serie de condiciones de vida que nosotros los andaluces y andaluzas del SAT compartimos con muchos pueblos campesinos e indígenas del mundo, condiciones que estructuralmente nos sitúan por debajo de la élite política y burguesa que se asienta sobre su colchón de capital, hoy día globalizado, y sostenido por numerosos pueblos que no están dormidos, sino que construyen un sueño a cada paso.
El debate que se debe dar para construir y fraguar un verdadero pensamiento andaluz descolonial y emancipador, debe darse en el debate que se da en torno a conceptos como la lucha anti-imperialista, el anti-capitalismo global, el nacionalismo e internacionalismo, el socialismo, el movimiento campesino y movimiento obrero, el izquierdismo y/o el alter-mundismo. Una de las primeras problemáticas que encontramos en todas estas conceptualizaciones, podríamos decir que es el lastre que arrastran tras haber sido protagonistas de diferentes experiencias históricas durante todo el siglo XIX y XX. Por tanto debemos por un lado recomponer toda la tradición histórica de proyectos políticos que asumimos, como la izquierda política radical, el obrerismo, el movimiento campesino, pero renovando las ideas y los conceptos adaptándolos a la realidad actual para así estructurar una ideología capaz de asumir los retos de una nueva coyuntura en el mundo y en Andalucía. Una crítica radical hoy al sistema es imaginar pluriversos de posibles, desde las particularidades de cada pueblo, de cada territorio, de cada cultura.
Partiremos de la definición de cultura dada por Isidoro Moreno en su obra La cultura andaluza en el comienzo del tercer milenio: balance y perspectivas. En dicha obra Isidoro Moreno habla de cultura como “el conjunto de representaciones colectivas, de cogniciones y valores que orientan los comportamientos y relaciones entre las personas y de estas con el mundo, modelan los sentimientos, están en la base de las expresiones y dotan de significado a la existencia de los individuos y del pueblo que se identifican con ella, especialmente a través de los elementos que en cada época son seleccionados como marcadores de identidad”. Desde este concepto de cultura podremos que decir, como también ha apuntado mas de una vez Isidoro Moreno, que la cultura andaluza desde el momento en que aparece y por diferentes motivaciones y factores históricos, como una cultura propiamente de los de abajo, de ese sur apaleao del que habla Diego Cañamero. Aparece pues como una expresión puramente popular, como una serie de cogniciones que emanan de la experiencia vital de la explotación y la negación de derechos, como puede ser la desposesión de la tierra, pero no de un modo en el que estas clases populares se vean bajo el prisma de una otredad en la que los grandes propietarios sean el referente social, sino dentro de una dominación en la que la lucha por la dignidad encauza y da un significado económico social y político a este modo de estar en el mundo.
Descolonizar el pensamiento andaluz, seria por tanto, analizar las lógicas por las cuales el pensamiento moderno eurocéntrico, capitalista, neo-liberal, a penetrado y derribado las certezas de un pensamiento autóctono, un pensamiento andaluz y un sentir andaluz que emana de la tierra, del Valle del Guadalquivir, de sierra Morena, de la Alpujarra, de las fértiles tierras de la Bética.
Descolonizar el pensamiento andaluz supone irreductiblemente redefinir los conceptos que articulan nuestro modo de entender, sentir y enfrentarnos a la vida. Quizás el derecho a la propiedad sea el derecho poseer, el derecho a la tierra, a una vivienda digna, el derecho a una alimentación, el derecho al trabajo. La tierra, como dice Diego Cañamero, es un don de la naturaleza y como el viento, el cielo o el alguna, nadie tendría que tener derecho a decidir sobre ellas. Nadie tendría que tener el derecho a privar de agua, ni de tierra a nadie, frente aun derecho feudal que protege a la casta colonial, a la casta militar invasora castellana, los pueblos se erigen en la defensa de sus tierras, y de agua para regar las tierras, un derecho que emana desde abajo, el derecho a decidir sobre sus alimentos, una soberanía alimentaria como base de una soberanía económica y política.
Construir una Andalucía descolonial, es construir el pensamiento que nos permita crear un nuevo lenguaje común desde el que apropiarnos del conflicto. La tierra, el agua, el cielo, las casas, las alimentos y las riquezas son del pueblo, esta es la soberanía de nuestro pueblo, es el sueño de Nuestra Andalucía.
1 Para más información: http://grupoestudiossat.wordpress.com/